23 enero 2016

NOVELA 1ºB - Curso 2015-2016

CAPÍTULO 1. UN GOLPE DE… ¿SUERTE?

Abro los ojos lentamente y un fuerte dolor de cabeza me hace ver borroso. No sé qué ha pasado aún pero me doy cuenta de que la gente que está alrededor de mi cama no es la esperable… ¿Será una alucinación?
Me llama tremendamente la atención la presencia de mis acompañantes porque entre ellos está mi madre. Aquella preciosa mujer lo sigue siendo cincuenta y dos años después pero hay algo raro porque son exactamente cincuenta y dos años los que hace que después de aquel terrible accidente de tráfico me quedé sin ella. Y a su lado… mis compañeros, mis grandes amigos del colegio. Ahí están Lydia y Javier. “Los tres magníficos” solían llamarnos los profesores, ¿por lo buenos que éramos o porque siempre estábamos preparando alguna maldad? No lo sé. Estoy completamente desubicado. Es gratificante ver que la amistad continuaba a pesar de la distancia y a pesar de los años que habían transcurrido sin vernos.
¡Allá voy!, me dije. Me planteé preguntarles qué había ocurrido, y más importante, qué hacían ellos allí. Porque lo que yo sentía era una mezcla de alegría y enfado porque sí, después de varias décadas estaba otra vez con la gente de mi infancia y sobre todo con mi madre, pero ¿dónde estaba mi familia? ¿Dónde estaban mi mujer y mis hijos? Después de todo lo que yo había hecho por ellos, y en este “extraño” momento me abandonaban… Pero todo esto no dejaba de hacerme pensar porque mi madre seguía tan joven como en el momento en el que la perdí y mis amigos rondarían los 13 años… Entonces ¿yo quién soy y qué edad tengo?
Intenté verbalizar todos estos pensamientos pero la tarea que mi cerebro había enviado a mi boca con la intención de hablar no funcionó. Me puse aún más nervioso. ¿Acaso me he quedado mudo? ¡Ay Dios mío! Pero ahí estaba mi madre, se dio cuenta de que ya estaba consciente y corriendo llamó a mi padre: ¡Pepe, corre que Gonzalo parece que va a decir algo!
¡Qué bien! Mi padre también estaba allí.
Ya vi que todos mis acompañantes me miraban con cara de admiración y volví a intentar la tarea. Ya sí. Ahora sí que mi lengua quiso trabajar. Se había vuelto vaga de tanto tiempo sin hacer nada…
-          ¡Hola! Dije tímidamente.
Seguían mirando atónitos y con lágrimas de alegría, supongo, porque las lágrimas pueden ser tanto de felicidad como de tristeza…
-          Contadme… ¿qué ha pasado?, ¿qué hacéis vosotros aquí?... Y lo más importante… ¿En qué fecha y en qué lugar nos encontramos?
La simpatía y la espontaneidad de Lydia continuaban vigentes y ella fue la encargada de arrancarme mi primera sonrisa después de esta situación tan extraña.
-          ¡Ya te vale! Menudo susto nos has dado. ¡Ya iba siendo hora de que nos dieras señales de vida! ¿Cómo te encuentras?
-          Bien, pero me suena todo extrañísimo… ¡Contadme!, insistí.
-          Responderé rápidamente a tus interrogantes, me dijo mamá. ¿Cuántas veces te habíamos advertido de la necesidad del casco para ir con la bici? Pues bien, ha pasado. Mientras estabais dando una vuelta con vuestras bicicletas, te has caído y te has golpeado la cabeza con una gran piedra y eso te ha dejado “fuera de combate” durante dos semanas. Aquí estábamos esperando a que abrieras los ojos, y hoy los has abierto, el 25 de enero de 2016.
-          ¿2016?, pregunté alertado. ¿Dónde están Estefanía, Vega y Hugo?
-          ¿Quiénes son esos?, preguntaron mis padres a coro.
En este momento creía que había una cámara oculta o que ellos estaban intentando gastarme una broma. ¿No recordaban a su nuera y a sus nietos? Bueno, mamá no, pero ¿mi padre?
-          Mi mujer y mis hijos…
La cara de preocupación de todos fue evidente, ¿qué estaba pasando?
-          Gonzalo, deja de bromear y no seas “fantasma”, tienes 13 años. Creo que es un poco pronto para pensar en mujer e hijos, ¿no crees?, dijo Javier.
Llamaron corriendo al doctor para explicarles la tan extraña conversación que habíamos tenido, y yo seguía pensando que aquí había algo raro. ¿He viajado en el tiempo? ¿Me han secuestrado los extraterrestres? ¿Me han hecho un trasplante de cerebro? Si seguía pensando la cabeza me iba a estallar, así que decidí dormirme un rato porque toda esta situación me había dejado muy cansado. A ver si cuando despierte me dan una explicación y yo les cuento toda mi vida. ¿Seremos capaces entre todos de recordar qué y cómo es mi vida?


CAPÍTULO 2. MIS PRIMEROS DÍAS DE “VIDA”:
Ya pasó un día desde que estuve inconsciente. Ya me voy familiarizando con la gente que conozco, o… bueno, que conocía. Voy recordando cosas acerca de mi familia y mis amigos. Pero hay una cosa que todavía no me había quedado clara, ¿qué era lo que estaba haciendo antes de chocarme contra esa roca? ¿Dónde me encontraba? Le pregunté a mi madre que si podía explicármelo todo con más detalle, y me contestó:
-- Era un 7 de enero. Como te daba pena que acabaran las vacaciones, decidiste hacer algo especial. Cogiste la bicicleta para ir con tus amigos por la carretera que está enfrente de nuestra casa, que te recuerdo que va desde Medina del Campo hasta Valladolid. Decidiste hacer solamente los primeros cinco kilómetros, y después volver. Pero no pudiste recorrer más de tres kilómetros, pues te tropezaste y te chocaste con una roca. Tus amigos Javier y Lydia se preocuparon mucho, y tuviste la suerte de que alguien que pasaba por allí te pudiera llevar, que si no ahora mismo seguirías allí. Ahora mismo estás en el hospital, acompañado por los médicos y enfermeras.
Mi madre me estaba impresionando con su historia. No me puedo imaginar que yo haya estado tanto tiempo en coma... Le conté que cada día que pasaba me parecían cinco años. Y que no mola nada estar en coma.
Pasaron dos días. Ya conocía a todo el mundo que antes no me sonaba. Ya me recuperé del coma, pero todavía me dolía la cabeza, así que debía seguir en el hospital hasta que sanara del todo. Me levanté de la cama y observé por la ventana del hospital a todos los niños pequeños jugando en el parque de al lado. Me dio mucha pena no poder salir a la calle, encarcelado en un hospital público. Decidí salir un rato al pasillo. En mitad del pasaje, me encontré a una chica en silla de ruedas. Me pareció que era muy… guapa. Me imaginé a mí mismo hablando con ella, pero en realidad me daba vergüenza. Estaba sacando los pros y los contras para intentar hablar con ella. Al final ganaron los pros. Decidí saludarla y presentarme.
-- Hola. Me llamo Gonzalo, ¿y tú?
-- Yo me llamo Irene – me contestó.
-- ¿Qué es lo que te ha ocurrido?
-- Estaba jugando con mi hermano de seis años al pilla-pilla hasta que me caí y me hice un esguince, ¿y tú?
-- Me caí de la bici, me choqué con una roca y me quedé en coma durante dos semanas.
-- Caray, que mala suerte – me contestó Irene.
-- Ya.


Entonces, los dos nos quedamos “cortados”. Al cabo de un rato, nos decidimos a seguir hablando, pero en realidad fue para despedirnos. Me volví a mi habitación y me metí en la cama como si no hubiera pasado nada.

Capítulo3. de vuelta a casa
Cuando estaba en mi habitación del hospital dentro de media hora viene el médico y me dice que la cabeza la tengo mejor y que dentro de poco me darían el alta. Cuando me dieron esa noticia yo me puse a gritar de la emoción. Cuando se fue el médico de allí apareció una sombra y me llevé una sorpresa porque era Irene que me preguntó a ver qué tal estaba y yo la dije que bien. Dentro de un rato vimos una sombra y era la de una enfermera. Los dos se asustaron porque, qué haría Irene para esconderse no, podía esconderse en ningún armario, ni debajo de la cama, porque estaba en silla de ruedas. Al final llegó la enfermera a traerme la comida que era macarrones con queso mi comida favorita. La enfermera dijo:
-¿Qué haces aquí jovencita?-, refiriéndose a Irene.
- Los dos buscaron una escusa para que no les echara la bronca, y dijo Gonzalo- es que…-, lo malo es que no le salía nada, pero al final dijo que había ido allí para llevarle un poco de agua que no tenía en su habitación.
La enfermera sospechó un poco, pero me dejó el plato  y la mandó a Irene fuera.
El plato de macarrones estaba buenísimo. Al final me entró un poco de sueño y me dormí la siesta. Estaba soñando que Irene me iba a dar un beso en la boca pero justo en ese momento llega el médico y me despierta para preguntar que qué tal estaba, porque esta mañana me dolía un poco la cabeza. Le dije que bien un poco mosqueado y cuando iba a salir por la puerta me dice:
-Me alegro mucho. Si mejoras rápido te daré el alta muy pronto, como te dije esta mañana.
Le dije que vale pero estaba un poco enfadado con lo del sueño y al final lo dejé pasar. Empezaba a anochecer y me dije que qué raro que no hubieran llegado sus padres y pensé que sería del trabajo, que normalmente suelen salir un poco tarde pero luego al final vinieron y me dijo mi madre:
-¿Qué tal está mi “cachorro de león”?
- La respondí, mamá no digas eso que tengo 13 años.
Al final me dijo que mañana le daban el alta y se puso muy contento al irse a casa pero también se puso triste porque ya no volvería a ver a Irene.
Al día siguiente llegamos a casa y saqué todos las cosas del hospital.

Capítulo 4.
Al salir del hospital, llego a su casa y vio todo bastante raro, el niño le pregunto a su madre que, si de verdad era esa su casa, el niño estaba impresionado porque era muy diferente que el hospital, no paraba de pensar en Irene, todo le parecía raro. Su madre estaba muy ilusionada de que hubiera salido ya del hospital porque a los tres días siguientes iba a ser su cumpleaños.

El niño estaba muy ilusionado, su madre le tenía una fiesta sorpresa preparada, y había invitado a toda la familia, el niño no sabía nada y la madre le tenía un día estupendo planificado.
Su madre para comer le hizo sus macarrones preferidos, y le dieron su regalo, le regalaron un balón de futbol, al niño le encanto, el regalo era lo que más le gustaba, y como ya había salido del hospital volvió a ir a entrenar todos los días al campo de su barrio.

Celebraron su cumpleaños y le regalaron muchas cosas el niño nada más que se acabó la fiesta le dio un beso a su madre, y dándole gracias por todo lo que había hecho, y organizado, el niño se fue a la cama muy pronto porque al día siguiente tenia entrenamiento. Ya llego la mañana siguiente y se despertó muy contento, desayunó, y se fue al colegio, al acabar el cole le fue a buscar su madre y se fueron a casa de su abuela a comer.
La abuela muy contenta le vio y le empezó a dar abrazos y besos, muchos muchos besos, y estuvieron comiendo allí, hasta las cinco y media, porque se tenía que ir al entrenamiento, el niño cuando llego al campo no se acordaba muy bien de todos sus compañeros excepto su mejor amigo Julián, que eran los mejores amigos desde la infancia.

Cuando acabo el entrenamiento, se fue a la casa de su amigo Julián, para jugar a las maquinas, su madre fue a las siete y veinte de la tarde a buscarle, ya llego su madre a casa de Julián, y se fueron a su casa.

Cuando llego a casa estaba muy cansado, por todo el ejercicio que había hecho, y se fue a la cama. A la mañana siguiente se despertó con mucho dolor de barriga y mareado, su madre le llevo al médico para ver lo que le pasaba, había cogido un resfriado y tenía que estar en casa reposando.

El niño había quedado con Julián, para ir juntos al entrenamiento, pero le mando un mensaje diciéndole que estaba malo y no podía ir. 

Capítulo 5
Julián se enfado con Gonzalo, después del coma y de volver a ser amigos, ahora otra vez le fallaba, y claro Gonzalo se cabreo muchísimo, para el era muy importante que sus amigos le quisieran y apoyaran, no sabía como arreglar el enfado de Julián, le mandó un mensaje pero no le contestó, no sabia que podía hacer, empezó a recordar  cosas del equipo de futbol donde jugaban juntos, como sus amigos Javier y Lidia muchos días iban animarle al campo de futbol, entonces se le ocurrió, quiso agradecer a su compañero Julián con una carta todas las cosas que había hecho con el en el equipo donde jugaban juntos. ¿Pero, como se la haría llegar , claro llamaría a Javier y Lidia y que se la llevaran ellos. Cogió el teléfono y marcó el numero de Javier, no se lo cogía por lo que intentó con Lidia, que le dijo que iría a verle y le contara que le ocurría ,porque estaba tan triste. Llamaron a la puerta y su madre abrió a Lidia , ella subió a su habitación y le dio un abrazo para animarle el le conto lo que pasaba y entre los dos escribieron la carta a Julián, muy bonita, Lidia decía que seguro que con eso le iba a perdonar y Gonzalo esperaba que así fuera . Gonzalo la firmo y  se la dio a Lidia para que se la llevara al entrenamiento y así  podría perdonarse enseguida. Lidia se marcho con la carta y fue avisar a Javier de lo que estaba pasando a su amigo Gonzalo, para que le acompañara y entrara el en el entrenamiento a buscar a Julián . María la madre de Gonzalo le subió un vaso de leche caliente con miel para la garganta, el le dijo :
-          Mama que asco, sabes que no me gusta eso
-          Gonzalo si te quieres poner bien , para poder jugar con tus amigos mas vale que te lo tomes todo.
-          Mama estoy harto sabe fatal
-          Si no lo tomas no vas a poder volver en mucho tiempo al entrenamiento.
-          Vale tu ganas, me lo bebo
-          Así me gusta, que me obedezcas
Ana , la madre de Gonzalo se marchó con el vaso vacío y se fue riendo por lo gruñón que era su niño.

CAPITULO 6
Después de recuperarme por completo me di cuenta de que me había enamorado de Irene. Era muy raro, porque solo la había visto dos veces en mi vida y apenas habíamos hablado.
Decidí que, mientras esperaba la respuesta de Julián a mi carta, iría a visitarla.
Cuando llegué al hospital pregunté por ella, y me miraron raro, pero me dijeron que estaba en el segundo piso en la habitación 416 y me preguntaron si era familia suya. Le dije que no, pero sí era un amigo.
Me dirigí a su habitación, y antes de decidirme a entrar oí a un médico dentro, que decía:
-Se encuentra muy grave, será mejor que no la molesten mucho, ni la pongan nerviosa, eso podría empeorarla-
Cuando el médico salió me pilló justo delante de la puerta y me miró con cara extraña. Me ignoró y se fue. Sus padres salieron detrás de él, me preguntaron quién era.
-Soy un amigo de Irene, nos conocimos el otro día-
-Vale, no te quedes mucho tiempo, Irene tiene que descansar, no se encuentra bien-
-¿Qué le pasa?- pregunté preocupado pero intentando disimularlo.
-Está muy enferma, empezó a encontrarse mal hace unos días, desde entonces empeoró y está en estado grave-
Asentí triste y entré en la habitación.
Cuando Irene me vio estaba muy sorprendida y pálida, pero sonrió como pudo, seguía muy guapa.
-¿Qué haces aquí?- preguntó.
-He venido a verte, yo ya salí del hospital. Me han dicho tus padres que estás muy enferma, ¿qué te pasa? ¿No era solo un esguince?-
Ella miró hacia la ventana y se la cayó una lágrima.
-Te mentí, me caíste muy bien y no quería preocuparte, pero supongo que ahora que lo sabes, ya da igual, te diré la verdad-
En mi cabeza rondaban muchas cosas, pero no me preocupé de ellas, solo quería saber la verdad de Irene, empezó a hablar y ya no pensé en otra cosa.
-En realidad no estoy aquí por un esguince, pero eso ya lo sabes. Tengo una enfermedad grave y un día después de conocerte empecé a empeorar, ahora estoy así, los médicos me han dado muchos más medicamentos que antes-
No sabía que decir, estaba bloqueado. Me acerqué a ella y le di un abrazo, ella me lo devolvió, me sentí mejor que nunca.
Estuvimos hablando y riendo toda la tarde. Cuando ya me iba a ir Irene me dijo:
-¿Tienes móvil?-
-¡Claro!-
-¿Me das tu número? No creo que puedas venir a verme todos los días, así podremos hablar-
-¡Gran idea!-
Escribí mi número en una hoja que encontré en mi bolsillo usando un boli que había encima de una mesa y se lo di.
-¡Genial! Más tarde te mando un mensaje- dijo sonriente.
-De acuerdo- sonreí.
Me fui del hospital muy feliz, cuando llegué a casa mi madre tenía la cena preparada  y me preguntó dónde había estado. Solo le dije que había ido a ver a una amiga. Esa noche estuve esperando el mensaje de Irene, pero no llegó. Me quedé dormido con el móvil de la mano.
No supe nada de Irene durante mucho tiempo, muchísimo tiempo, quizás demasiado.

Capítulo 7 El mensaje que no llegó
Al fin, Gonzalo recibe un mensaje en el móvil el pensaba que a lo mejor era Irene, Gonzalo estaba nervioso cuando de repente recibe el mensaje que el creía que era pero no era.
Ese mensaje era de la compañía del móvil para avisar de cuando volverá a recargar los datos del móvil, pero Gonzalo seguía triste, triste de que Irene le haya dejado sin ninguna respuesta, pero Gonzalo no se rindió, seguía esperando a su mensaje, ya pasaron bastantes días pero a lo mejor ya era el dia en el que ese mensaje llegaría.
Al dia siguiente, era Lunes y Gonzalo iba a esperar en el recreo a Irene para hablar con ella sobre el asunto del mensaje que esperó días y que no  recibió al fin, pero resulta que ese día, Irene no había ido al colegio, y el pobre de Gonzalo estuvo esperando todo el recreo, cuando sono el timbre para volver a las clases Gonzalo empezó a discrepar.-Yo no se lo que he hecho para que no me vuelva a ver ni a escribirme ni nada ya.-Dijo Gonzalo a punto de llorar.
Cuando se terminó la clase, los compañeros de Gonzalo le intentaron ayudar a resolver su gran problema, le decían que qué le pasaba, que es lo que te ha causado tanto dolor o decepción quizás, pero todo lo posible que podían hacer no iba a funcionar con Gonzalo, nadie le puede ayudar, la única solución a este problema, es que el vaya a casa de Irene y de la cara, afrontar lo que es ser mayor, ser un hombre, aprender a defenderse para el futuro, aprender que la vida no solo hay que vivirla como uno lo prefiera.
Esa misma tarde, Gonzalo quedó con sus amigos para ir a casa de Irene y hacer lo que debía, dar la cara. Estaban en la puerta de la casa de Irene sin temor a que Gonzalo le entren ganas de tirar piedras a las ventanas, pero eso no se le paso siquiera por la cabeza, porque el vandalismo no era una opción, estaba completamente descartada. Gonzalo avanza unos pasos para la puerta, acompañado de sus amigos, y al cabo de dos pasos más, los compañeros se detienen para que Gonzalo vaya el solo y se lo diga él a Irene, porque todo lo que uno empieza, lo tiene que acabar el mismo, se acerca para dar al timbre, pero nadie contestaba, llamó unas cuantas veces más, pero no hubo ningún tipo de contacto humano.
Los amigos de Gonzalo le decían que tenemos que irnos ya, pero Gonzalo ni dio media vuelta, siguió llamando y gritando:-Irene abre por favor quiero hablar contigo, porfa, porfa, porfaaaa.-Dijo Gonzalo llorando y gritando a todo pulmón.
De repente, se abre la puerta, y en la puerta estaba Irene.-Gonzalo porque lloras.- Contestó, y Gonzalo la responde:-Porque me odias, yo no te he hecho para hacerlo.-Dice Gonzalo-Pero que odiarte no te entiendo.-Respondió Irene.-estas mintiendo, lo veo en tus ojos –Pero Gonzalo escúchame, que te hace pensar que yo te odio –Pues que no me respondías a los mensajes, estuve días y días esperando tu mensaje pero no apareció.-Se desahogó Gonzalo –Es que he estado mala todos estos días y no he podido enviarte nada, yo quería mandarte un mensaje pero no pude porque mi madre no me dejaba.-Le responde Irene. –Es eso verdad –Si Gonzalo, te lo prometo. Gonzalo he Irene se daron un beso, y Gonzalo pedía disculpas por el numerito que había montado en la puerta de su casa. –Bueno mañana nos vemos en el colegio Gonzalo.-Se despedía Irene. –Nos vemos mañana, adiós. –Adiós.-Respsondieron uno al otro.
Gonzalo regresó a casa bastante feliz, ahora entendía que no podía ser que él no la habría fastidiado, era totalmente imposible que la hubiera fastidiado, y además no hay que dudar tanto cuando te dejen de escribir o hablar, primero hay que pensar en positivo, no en negativo.

Capítulo 8:  Planificaciones para el futuro.

-Al día siguiente desayuné tostadas con un buen Cola Cao para empezar bien la
mañana.
Mi padre, que le gustaba mucho el futbol, como a mí, estaba escuchando la repetición del partido de la otra semana. Escuché que Leo Messi se había lesionado al intentar meter el balón en la portería del Real Madrid.
 A Gonzalo le gustaba el Barça, y por eso tenía una lista de cosas que quiere hacer de mayor como por ejemplo:
 Le gustaría que Irene y yo nos casemos y viviéramos juntos para siempre, también le  gustaría ser como Leo Messie y además le gustaría irse con su esposa, Irene, a las Vegas. Como será famoso en el futuro...Y muchas mas.

Papá, papá. -Dijo Gonzalo. ¡De mayor quiero ser como Leo Messi!
Su padre le contestó- ¡ Pero hijo, como vas a ser como Leo Messi, si querías apuntarte al equipo de Parquesol y ni siquiera te han aceptado!
Gonzalo protestó y se fue al colegio corriendo dando un portazo, disgustado porque su  padre no tenía confianza en él.
Cuando llegó, no tenía ningunas gana de ir al colegio. Entonces decidió hacer pellas, para no asistir a clase.
Se puso la capucha para que no le reconociesen y salió corriendo. Llegó a un campo de futbol abandonado. Como tenía el balón de futbol que su madre le había regalado, empezó a tirar con todas sus fuerzas y desahogarse de lo que había pasado a la hora del desayuno.
Se le hicieron las 12:00 y sacó el bocadillo que había preparado y su móvil.
En su colegio no les dejaban sacar el móvil, pero algunos de sus amigos lo sacaban igualmente. Empezó a hablar a sus amigos diciéndoles que no había ido a clase por que estaba malle dolía la cabeza.
Cuando se hicieron las 12.30, Gonzalo guardó el móvil, y se fue al kiosco que había al lado. Se compró uno Jumpers y unos cuantos regalices, y al final se fue a casa corriendo por que se le había hecho muy tarde, ya eran las 3:30. La hora de comer.
Sus padres le estaban esperando en la puerta muy enfadados. Gonzalo veía venir lo que le iban a decir sus padres.
Gonzalo antes de que pudiera defenderse se sorprendió, por que sus padres no le riñeron, solo un poco su padre que  entre lagrimas le dijo: "Hijo, lo siento, pero estas castigado sin móvil". Entonces Gonzalo recordó que le tenía que mandar un mensaje a Irene. De rodillas, Gonzalo suplicó que el móvil no, que si querían castigarle, que le castigaran sin otro aparato de los que tenía él, por ejemplo  la 3DS, la Wii, la Xvox, de todo menos su preciado móvil. Sus padre decidieron castigarle sin ninguna consola de esas hasta que lo dijeran ellos.
Gonzalo, aliviado y a la vez enfadado se fue a su cuarto para hablar con Irene, y empezaron a hablar de lo que había hecho Gonzalo hasta lea hora de cenar.
Cuando se acostó Gonzalo no dejaba de pensar en Irene y los deberes que tenía que hacer mara mañana. Estaba tan preocupado que sin darse cuenta se le cerraron los parpados y se durmió.

Capítulo 9. IRENE SIN MOVIL
Al día siguiente Gonzalo fue a encender la tele cuando le llego un mensaje de un número desconocido ponía:
-hola, Gonzalo soy Irene
Gonzalo se puso muy contento al ver que por fin le había escrito pero después le puso:
-No voy a poder tener el móvil, pero mañana mis padres tienen que ir a hablar con mi tutor, así que te veré allí.
Gonzalo estaba triste pero a la vez contento, triste porque no iba a poder hablar por el móvil con Irene, pero contento porque la iba a ver.
Se le paso el día lento hasta que ya era de noche y iba a poder ver a Irene.
Al día siguiente se despertó rápido lavándose los dientes rapidísimo y poniéndose la ropa. Salió de casa corriendo pero, se le olvidaba algo
Espero pensando y era evidente, se le había olvidado la mochila.
Fue corriendo a su casa a por ella y le vio su madre, y dijo:
-¡¡Que haces aquí y no en el colegio te quedas sin móvil!!
Gonzalo respondía:
-Es que se me ha olvidado la mochila.
La madre enfadada dijo:
-Coge la mochila y vete  ¡!YA!!
Gonzalo salió corriendo de casa con la mochila y lo que le paso fue terrible. Había un tren pasando impidiéndole el paso.
Gonzalo veía que el tiempo e le caía encima.
Pero afín llego al colegio donde le mandaron a la Sala de espera por haber llegado tarde al colegio a hablar con el director.
Pero en la sala de espera estaba…
¡¡Irene!! , Gonzalo la vio y la fue a dar un beso cuando se oyó…

¡¡GONZALO VEN AQUÍ AHORA MISMO!!


CAPITULO 10: GONZALO APRENDE LA LECCIÓN

        Gonzalo estaba muy nervioso el director del colegio le habia convocado a su despacho¡ Hombre Gonzalo ! pasa pasa , siéntate .Y hablando con él muy seriamente le dijo bien claro, las normas son las normas que las normas estan para cumplirlas y quien no estuvier de acuedo se tenía que aguantar . Gonzalo se calló totalmente avergonzado y con su cara seria empezo a pensar de que servía esa actitud , que así no seria alguien a imitar por ninguno de su  clase , teniendo en cuenta que Irene , era su mejor amiga y que normalmene ella lo correcto . La mejor forma siguiera siendo así le sirvio a Gonzalo para que de esa forma no revelandose contra todo  conseguiria mejores resultados . Y que no lo haría por los demás si no por el mismo . Una vez en su casa pedió perdon a sus padres prometiendoles no volver a fallarles . A la semana siguiente Gonzalo llevó a clase algo tan facil como : lapizero , goma y boligrafo porque tenia examen de lengua y no se lo habia preparado .Cuando acabo el examen se quedo aliviado porque lo habia acabo y se fue a casa porque ya era hora de irse a casa . Por la tarde fue a futbol como muchos de la semana . Cuando llego a casa estaba tan cansado qu decidio  irse a la cama .

Capítulo 11. Locas por un chico
Al día siguiente se levantó, desayunó rápidamente y se fue al cole corriendo, cuando llegó Irene estaba esperándole en la entrada. Raquel una compañera de Gonzalo,  que le gustaba vio a Gonzalo y Irene hablando y riéndose, le entró tal celos que cuando nadie miraba la tiró de los pelos y las dos se pegaron diciendo: es mío, no es mío, menos mal que estaba un profesor para separarlas, las llevó al despacho del director allí discutieron, al final se disculparon, cuando salieron se miraron con una mirada rastrera, Gonzalo estaba allí esperándolas, las preguntó que, ¿que tal había ido? Irene contesto bien, Raquel se fue un poco mosqueada. En el recreo se acercó Raquel a Gonzalo y le dio un sobre, dentro ponía en el parque de BMX  a las  7:30. Por la tarde Gonzalo terminó los deberes muy rápidamente y se fue al parque, cuando llegó Raquel le pegó un susto, le dijo sígueme, llegaron a un sitio dónde se veía la puesta de sol, Raquel se acercó a Gonzalo, y le preguntó que ¿Qué tal estaba con Irene? El respondió que bien, cuando calló el sol, Raquel le dijo que si quería que fuese su novia, él respondió que sí. Entonces Irene en el cole había visto la nota llegó allí, y vio a Raquel y Gonzalo dados la mano por el parque, entonces salió corriendo y llorando.
  Al día siguiente, desayunó y se fue al cole rápido como una bala, pero al llegar allí  no estaba allí  Irene sino Raquel, cuando la vio Raquel le dijo dame la mano bomboncito, entonces llegó Irene y vio a Raquel y Gonzalo dándose la mano y se enceló contra los dos, a Gonzalo le dio en la barriga, Raquel fue corriendo al profesor y la castigo una semana sin salir al patio, juró que se vengaría de Gonzalo y de Raquel. 

Capítulo 12: La gran pesadilla
Gonzalo se despertó todo lo que le había pasado no era más que un sueño mejor dicho una pesadilla. Gonzalo bajó las escaleras muy tranquilo, sabiendo que todo había sido un simple sueño, desayunó tan despacio que casi no llega al colegio si no fuese por su madre que le había avisado de que no llegaba al colegio.
Cuando llegó al colegio y vio a Irene fue corriendo a abrazarla y a dar la un beso en la mejilla. Irene se puso roja puesto que no le había visto venir Gonzalo no se separó de ella hasta que sonó el timbre para entrar en clase, puesto que eran de clases diferentes. Durante el recreo Gonzalo estuvo jugando al futbol como lo hacía en todos los recreos.
Gonzalo no volvió a hablar a Raquel durante una semana puesto que después de esa semana les tocaba hacer un trabajo en grupo sobre Egipto y a él le toco con Irene, Raquel, su mejor amigo Julián y él.
El trabajo constaba de hacer en una cartulina una presentación de un faraón egipcio a su grupo les tocó Tutankamon, era el faraón favorito de Gonzalo puesto que le gustaba mucho Egipto. Gonzalo llevó dos papiros egipcios que tenía en su casa puesto que fue a Egipto por su comunión y los compró allí.
La nota del trabajo fue un 10 y esa nota le vino muy bien a Gonzalo porque había sacado un 5´1 en el examen.

Capítulo 13: disputa en el recreo

Como todos los días a la hora del recreo se jugaba un partido de futbol entre equipos.
Pero ese día no se ponían de acuerdo quien ser el capitán del equipo, Jorge y Gonzalo jugaban juntos. .
Entonces todos se pusieron de acuerdo para sortearlo, pasado un buen rato, salió Gonzalo como ganador. Jorge se picó un poco pero se le fue pasando y acepto de buena manera su derrota.
A la hora de jugar el partido Jorge se picó con Gonzalo y le puso la zancadilla.
Gonzalo era el encargado de tirar la falta, ya estaban en los últimos minutos del partido. Gonzalo miro fijamente al portero, Gonzalo tiro la falta y metió un golazo por toda la escuadra.
Jorge se dio prisa en sacar de medio del campo, hicieron una jugada perfecta pero Gonzalo sin querer le dio un empujón dentro del área.PENALTIIIII.
Jorge sabía que era la única oportunidad para empatar el partió, tiro con todas sus fuerzas y marco gol. Sonó el silbato de final y Jorge y Gonzalo se dieron la mano como amigos. Pero ¿que pasara en el próximo partido?



Capítulo 14: La persecución
El siguiente partido del recreo estaba muy disputado, iban tres a dos. El equipo de Jorge iba ganando. Gonzalo estaba deseando marcar dos goles para ganar. Entonces a este le llegó un balón perfecto, tiró y… ¡gol! A Gonzalo le dio mucha ilusión marcar un gol para empatar. El timbre sonó. A los dos amigos le dieron igual ganar, perder o empatar.
A la tarde Gonzalo se quedó castigado sin entrenamiento porque había suspendido un examen de matemáticas. Tuvo que hacer los deberes y estudiar a fondo para el siguiente examen de matemáticas, puesto que era mañana, viernes diecinueve de Febrero. Gonzalo se lo estudió de p a pa.
Al día siguiente el examen le salió como ninguno le había salido mejor. Al terminarlo le preguntó a Irene que tal le había salido, le dijo que muy bien. Estaban muy nerviosos por saber la nota. El lunes les dijeron la nota, Gonzalo sacó un 9,6 e Irene un 9,6. Todo fue una coincidencia.
Pasaron cinco días, era sábado y… todos los Sábados Gonzalo quedaba con Irene. Fueron a ver una exposición en  una pequeña Iglesia, la exposición era de rocas y minerales. Se sorprendieron por la variedad de  minerales y rocas que había, también había unas vitrinas enormes. Les vinieron muy bien ver la exposición, estaban viendo eso en Biología.
Detrás había dos hombres con muy mala pinta, vestidos de negro, los dos niños los ignoraron. En recepción había unos dibujos que había que colorearlos. Si lo hacían se llevarían un mineral. A los dos les parecía una chorrada pero lo hicieron, con tal de conseguir un mineral. Al salir eran las siete menos cuarto. Gonzalo tenía que estar en casa a las nueve. Les sobraban mucho tiempo, decidieron pasear por la calle.
Estaban un poco vacías, pero a ellos les dieron igual. Gonzalo miraba el mineral que se había llevado, lo lanzaba al aire y lo cogía, le parecía alucinante ese mineral. Pero… algo les sentían incomodos. Siempre habían unas personas detrás. Les sonaban de algo. Estaban empezando a coger mucho miedo. Los dos, ambos decidieron correr, por si les pasaba algo. Gonzalo estaba pensado que a lo mejor no llegaba a casa. También en su madre, su padre y toda su familia y sus amigos. Estaba muerto de miedo.


Sintieron como un roce de manos, pero… cuando menos se lo esperaron ¡zás! Les agarraron aquellos hombres quedándolos sin poder mover las extremidades. Chillaron todo lo que pudieron, pero lo malo es que no había nadie en la calle. Pasaron horas y horas y sus padres estaban empezando a preocuparse. Tuvieron que llamar a la policía, estaban mordiéndose las uñas a ver si cogían el teléfono.






Capítulo 15: Un susto
           
                   
   Los dos amigos de repente se encontraron en un cuarto muy sucio, con poca luz y atados a una silla. Irene estaba muy nerviosa y lloraba todo el rato pero Gonzalo la trataba de tranquilizar. Les habían quitado los móviles y nadie les oía gritar.
   Se abrió la puerta y entraron dos hombre encapuchados con coca-cola y macarrones para cada uno. Les desataron para comer y Gonzalo estaba contento pero a la vez nervioso por si tenía algo de veneno la comida. Gonzalo probó la comida y animó a Irene para que probara su plato.      Cuando terminaron volvieron a atarles y se marcharon.
  Mientras tanto los padres de Gonzalo llamaron a la policía para contarles lo que había pasado. Los móviles no tenían cobertura y solo podían esperar a que alguien se pusiera en contacto con ellos.
   Desde el cuarto Gonzalo e Irene podían escuchar a los secuestradores hablar sobre mandar a la familia un mensaje pidiendo dinero. Ellos se tranquilizaron y pensaron que pronto estarían en casa a salvo.
   Los hombres entraron en la habitación y les contaron la conversación que habían tenido con sus padres, pero había algo mas… habían decidido enviar como prueba de que les tenían, las gafas de Irene y un trozo del dedo corazón de Gonzalo en el que había una mancha que le identificaba.
   Los dos empezaron a llorar sin consuelo, sobre todo Gonzalo.
   Llegó el momento y Gonzalo se resistía, empezó a patalear, uno le agarró fuerte y mientras el otro agarró una navaja. Se escuchó un fuerte grito…
   Gonzalo estaba sentado en su cama sudando mirándose las manos. Estaban todos los dedos. Su madre entró preocupada y le preguntó qué le pasaba. Todo había sido un mal sueño, era sábado y había quedado con Irene por la tarde. Todo había sido tan real que hasta le temblaban las piernas y las manos que no dejaba de mirar.
   Su madre le abrazó muy fuerte y Gonzalo se tranquilizó.


CAPÍTULO 16. Irene no aparece.
Gonzalo se duchó, se vistió y se puso guapo para ir a ver a Irene. Al llegar la hora a la que habían quedado, Gonzalo fue corriendo al parque y, como Irene todavía no había llegado se quedó sentado en el banco. Pasaron varias horas e Irene no aparecía, Gonzalo se fue muy triste a casa. A penas cenó y se fue a dormir, pero no pudo pegar ojo, estuvo toda la noche pegado al móvil esperando un mensaje de Irene, en el que por lo menos le dijera por qué no había ido, pero ni quiera le había hablado.
Al día siguiente Gonzalo se preparó para el colegio y salió más pronto para poder hablar con Irene. Cuando llegó al colegio, Gonzalo se quedó esperándola en la puerta, se le hizo tarde y como Irene no había llegado entró con sus amigos. En el recreo Gonzalo estaba castigado en clase con sus amigos por no haber hecho los ejercicios, se le estaba haciendo eterno aquel día. Cuando por fin sonó el timbre, Irene se fue corriendo y a Gonzalo no le dio tiempo a verla.
A la tarde se fue al entrenamiento y luego estuvo un rato con sus amigos. Al volver a casa tenía varias llamadas perdidas de Irene, cogió el móvil y l llamó.
-Hola Gonzalo ¿qué tal estás?
-Cómo que ¿qué tal estás? Llevas todo el día evitándome y el día que quedamos ni siquiera apareciste…

-Haber cómo te digo esto Gonzalo…
   
CAPITULO 17: A VER CÓMO TE DIGO ESTO GONZALO…
Haber Gonzalo te quería decir que no es que me gustes si no que te veo como un gran amigo y no quiero perderte, por cierto, no pude asistir al parque porque me tuvieron que llevar al hospital por un constipado.
Al día siguiente en el recreo jugando al futbol como todos los días sentí una molestia en el quinto metatarsiano derecho, me sonó el hueso, yo lo oí, me llevaron mis compañeros en volandas porque no podía ni andar. Al llegar a la recepción del colegio me estuvieron mirando los profesores si me dolía o no me dolía, les dije que llamaran a mis adres porque el hueso le tenía para afuera. Al llegar mis padres me llevaron corriendo al Hospital, pero como no disponían de material suficiente para arreglármelo decidieron llevarme al Hospital Rio Ortega, me desplazaron hasta Valladolid en helicóptero, como me gustaba mucho los helicópteros pregunte a los médicos y al piloto que donde se manejaba.
-El piloto me dijo que cuando me recuperase que me enseñaría.
-Gonzalo respondió: Vale muchísimas gracias.
Ya en la sala de espera le dijo su madre que, si le dolía, él dijo que si, le llamaron diciendo: Gonzalo Domínguez, por favor vete al Box número 3.
Gonzalo cojeando se dirigió hacia la habitación que le habían llamado, él tuvo que explicar lo que le había sucedido, según la gravedad que tenía le llevaron corriendo hacia la sala de rayos, para hacerle corriendo la radiografía, le dijeron que tenía rotura de 2 dedos, el 4 y 5 metatarsiano de la pierna derecha.
Le metieron en la uvi porque se le ensangrentaron los dedos, los médicos le asustaron un poco diciéndole que alomojor le tenían que amputar los dos dedos rotos.
Al día siguiente la cosa iba a peor y al final era verdad lo de que se los tenían que amputar, a Gonzalo se les cayó el alma a los pies.
Al dirigirle hacia el quirófano dijo el cirujano que no que sol se había ensangrentado de la rotura.
¿Cómo se tomaron sus padres la “Broma” que les hicieron los médicos? 




Capítulo 18: Dolor y alegría entre dos chicas.

Me habían vuelto a llevar a Madrid y me encontraba en mi habitación aún dolorido por la operación que me habían hecho vivir. Esperaba con ansia el mensaje de Irene que diría “Voy corriendo a verte”. De repente mi móvil vibró con tal fuerza que hizo que se cayera mi lámpara de la mesilla de noche. Con dificultad fui hacía la mesilla y encendí la pantalla del móvil. El mensaje debía ser muy largo porque no lo podía leer desde las notificaciones, lo abrí y con desconcierto lo leí:
-       Querido Gonzalo-empezaba muy mal-
 Te escribo este mensaje para pedirte que te olvides de mí.
Mi padre ha conseguido un trabajo buenísimo en Alemania y nos vamos con él. Quiero que me olvides porque podrías hacer alguna tontería para estar conmigo y hasta hacerte daño a ti mismo y a los que te rodean. Piensa que si haces esto me harás feliz y es lo que  quieres ¿verdad?
Haz borrón y cuenta nueva por favor y no me escribas porque voy a dar de baja el móvil.
Gracias, Irene.
Me quedé de piedra cuando terminé de leer el mensaje pero pensé “Si quieres a alguien lo primero es hacerle feliz”
El día siguiente llovió, el tiempo estaba como yo triste y deprimido. Cuando entré en clase vi que había alguien sentado en el pupitre de al lado, “Irene” pensé enseguida pero en cuanto me acerqué vi que era una chica nueva, morena como Irene pero con gafas y un libro muy gordo enfrente de ella. Me senté a su lado e intenté leer una línea de su libro pero pasó de página. El profesor de sociales entró y dijo:
-       Buenos días, os quiero presentar a Isabella una chica que viene de Alemania…
Así que ella era la que había causado todo el problema de Irene.
-       Gonzalo ¿me escuchas?, estaba diciendo que tú tienes que cuidar por así decirlo de ella ¿vale?
Tenía que decir que no, esa chica me había quitado a Irene, a mi Irene pero sabía que ella lo habría querido.
-       De acuerdo Sr.Eaton.
Ya no había vuelta atrás, Isabella me dijo con timidez:
-       Hola, soy Isabella pero puedes llamarme Bella, gracias por querer ocuparte de mí, lo de ser nueva no me gusta.
-       No te preocupes-la respondí intentando mostrarme sereno- tengo experiencia ya tienes que  debes ser la tercera o la cuarta.
-       Vale me puedes pasar el horario ¿Por favor?
-       Claro si quieres, puedes venir a mi casa para copiar las lecciones.
-       Vale, ¿a las cinco y media te parece bien?
-       Vale
Genial la chica que me había a Irene venía a mi casa ¿de verdad quién es más bobo que yo? Nadie ni sé porque lo pregunto si se la respuesta. Intenté seguir la clase pero ella me atraía como un imán. La miré pero ella no me prestaba atención. Al llegar a casa mi móvil empezó a sonar  y respondí.
-       Hola
-       Hola Gonzalo-reconocí la voz enseguida- soy Irene ¿puedes hablar?
-       Claro pero rápido porque hay una nueva en clase y va a venir a casa para copiar las lecciones pero no te importa porque seguro que vas a llegar pronto a la frontera.
-       Si estoy cerca de la frontera, llamaba para decirte adiós.
-       Me dijiste que no te llamara, que no te enviara mensajes y vas tú y me llamas ¿Qué quieres que me vuelva loco?- fui un poco borde pero tenía razón-bueno me tengo que ir, adiós-añadí muy secamente.
-       Adiós y lo siento.
Aún quedaba media hora para que llegara Bella y subí a la habitación pensando en la disputa con Irene, esta vez la había liado parda y no sabía cómo solucionarlo. Empecé a pensar en todo lo que había pasado y se pasó el tiempo volando y de repente sonó el timbre, fui a abrir la puerta mirando si estaba arreglado y abrí. Bella estaba arreglada pero no para tanto y tenía el pelo mojado de un color negro azabache, se sonrojó al verme sonreír y entró con cuidado como si fuera a romper algo. Y entonces empezó a mirar a su alrededor y a buscar algo. De pronto dijo:
-       ¿No tienes libros en tu casa?
Esta pregunta me aturdió y la respondí:
-       Si pero están en mi cuarto ¿quieres subir a verlos?
-       Claro es que me parecía tan raro que no hubiera libros- dijo mientras subía la escalera- en mi opinión en todas las casas hay que tener libros para fomentar el conocimiento de las personas.
-       Yo también- dije para causar buena impresión.
Bueno ya habíamos llegado, Bella miró los libros con interés y luego se puso a copiar las lecciones mientras hablábamos sobre libros, películas y clases.
¿Habrá historia de amor?


CAPÍTULO 19: LA CONVERSACIÓN

Al cabo de una hora Bella termino de copiar todas las lecciones, yo durante ese tiempo estuve a la escucha de su conversación sobre libros de muchas páginas que ella  había leído.
-       Bueno pues ya está- dijo Bella algo cansada de tanto escribir-.
-       Ahora si quieres te puedo invitar a un cola cao para merendar- añadió Gonzalo-.
-       Vale- respondió ella-.
Bajamos  las escaleras y recorrimos el pasillo hasta llegar a la cocina. Allí preparé los cola cao. Conversamos de cosas del nuevo colegio de Bella.
Durante esa conversación me estaban entrando como unas extrañas sensaciones. Al cabo de un rato comprendí que se trataba de que se estaba enamorando de Bella. Entonces, como si una fuerza extraterrestre le hubiera poseído dijo:
-       Bella- llame su atención-.
-       ¿Qué?- respondió ella-.
-       ¿Tienes novio o novia?- la pregunté-.
-       No, ¿Por qué?- pregunto ella.
-       No… nada, por saber…-dije-.
No me atrevía a pedirla salir un día después de haberse ido a vivir a  Alemania mi antigua novia, Irene. Mis compañeros pensarían que estaba desesperado por encontrar una novia si pidiera salir a una chica nueva que vino ayer a nuestra clase, cuando hace un día estaba “saliendo” o al menos eso pensaba yo con Irene.
-       ¿Y tú, Gonzalo?- me devolvió la pregunta Bella-.
-       Ehhh- no sabía que decirla porque a lo mejor conocía a Irene y me calificaría como mentiroso, pero luego me acorde que Irene me dijo que me olvidase de ella.-no, ahora no tengo.
-       Bueno, Gonzalo es hora de irme, mis padres me están esperando en la plaza del burro, y yo también tengo ganas de irme a casa a descansar porque ha sido un día muy ajetreado.-añadió Bella-.
-       Me parece normal, yo tengo que hacer los deberes de matemáticas que todavía no les he hecho –añadió Gonzalo-.
A continuación Gonzalo acompañó a Bella a la puerta.
-       A dios, Gonzalo –dijo bella ya en el porche-.
-       A dios, Bella –respondió Gonzalo-.
Gonzalo se fue a hacer los deberes, a cenar y luego se fue a dormir, ese día le gustó mucho ya que lo paso muy bien con su nueva amiga Bella la cual había conocido esa misma mañana en el colegio.


Capítulo 20: Una decepción y un reconcilio
Me desperté a la mañana siguiente pensando que pasaría hoy. Esta noche he soñado con Bella era raro porque me decía que a lo mejor deberíamos intentar algo. Me vestí y desayuné, era martes la semana había empezado a la vez bien y mal. Me fui al colegio y vi a Bella en la puerta del colegio y fui a saludarla:
-       Hola...
-       He tenido un sueño rarísimo y me decías  que teníamos que tener algo y me puse muy nerviosa y no dormí tenía que contártelo pero no tenía tu teléfono y por eso te he estado esperando más de media hora aquí en esta misma puerta ¿ Cómo es que has llegado tan tarde?
-       Primero llego siempre a esta hora, segundo buenos días sabías que hoy es un buen día dado que no hay exámenes y tercero he tenido un sueño idéntico al tuyo ¿crees que una entidad nos está controlando?
-       No claro que no, eres muy rarito, pero bueno es normal dado a que no te has leído ni la mitad de libros que yo sobre las entidades.
-       Vale, que quería decir el sueño… ¿tú lo sabes?
-       Eso es lo que te iba a preguntar ¿crees que alguien nos a hipnotizado?
-       No lo sé y pasamos toda la tarde en mi casa no puede ser eso mejor que hablemos luego tengo que irme a clase tengo clase de…
-       Historia igual que yo te sientas a mi lado.
En clase no paraba de pensar en ese sueño y si quería decir que nos diésemos una oportunidad hablaría de ello luego con ella.
-       Bella -le susurré- creo  que sé lo que quiere decir.
-        Yo también creo que tendríamos que ser amigos pero no  novios mejores amigos para que no haya problemas, ¿no crees?
-       Si es exactamente lo que iba a decirte.
-       Bien pues a callar que nos ponen un parte.
Bien no me tenía porque gustar tenía que hablar con Lydia o con Javier ellos eran mis mejores amigos antes de enamorarme de Irene bueno se habían enfadado porque se habían equivocado y yo los perdoné. Después de clase fui a verlos y me perdonaron como había previsto y les conté lo que me pasaba:
-       Es que me gusta mucho y ella dice que solo seamos amigos.
-       Chaval ya te gusta otra y se acaba de ir Irene – me dice Lydia
-       Eres muy raro a lo mejor tendrías que decírselo – me dice Javier.
-       Si es lo que voy a hacer.
Llamé a Bella dado que me había dado su teléfono:
-       Hola ángel nos vemos en el parque en media hora.
-       Vale
-       Unos amigos vendrán conmigo
-       Vale
Colgué y nos fuimos al parque y cuando llegó le presenté a Lydia y  Javier y sin querer lo dijimos a la vez:
-       Tendríamos que salir
-       Si – dije yo- eso es
-       Nosotros os declaramos novio y novia –Dijeron Lydia y Javier.
Y nos fuimos a mi casa a ver una competición de patinaje artístico cosa que a mi ángel le encantó.


¿Cuánto durará?


CAPITULO 21: ¡UNA SORPRESA INESPERADA!

Al día siguiente, me levanté temprano para ir al colegio, porque había quedado con Bella. Cuando la vi me sorprendió tanto que la besé sin pensarlo, estaba tan guapa con ese vestido de flores rojas y sus francesitas doradas, que parecía una princesa. Hablamos un rato y cuando sonó el timbre, dijo Bella: - Toca clase de Historia, y fuimos rápidamente.
Durante las clases, ambos estábamos despistados, porque no parábamos de mirarnos y sonreírnos, estábamos tan enamorados…
Al salir de clase fijamos una hora para vernos de nuevo, a las cinco y media en el parque BMX.
Después de comer comenzó a vibrar mi móvil, era un mensaje desconocido, no sabía quién podía ser, entonces respondí que quién era, y de repente contestó Irene, yo me asusté, porque Irene me dijo que no me preocupara más de ella y yo le dije que por qué hablaba de nuevo conmigo. Irene me dijo: - Vuelvo a casa en unos días, supongo que estarás contento. No podía pensar en otra cosa.
Ya era la hora y estaba en el parque esperando a Bella, tenía que contárselo y tomar una decisión, pero cuando llegó ella, me dijo que teníamos que hablar y yo le dije que qué ocurría. Entonces me comentó que tenía que volver a Alemania con su familia, yo me quedé sorprendido, pero pensé que así resultaba más fácil volver con Irene, a quien realmente no había podido olvidar.


¿Cómo será el reencuentro?


                                         LA VUELTA
Irene volvió y nadie se lo esperaba, sólo Gonzalo porque se lo había dicho por un mensaje. Gonzalo estaba muy preocupado porque no sabía que hacer, ya que al estar saliendo ahora con Bela pensaba que Irene se enfadaría. Pensó en llamarla cuanto antes y ser el primero en decírselo y que nadie se adelantara pero era demasiado tarde.
Irene entró por la puerta del instituto y de casualidad a la primera que se encontró fue a Bela. Ellas no se conocían de nada pero enseguida se hicieron muy amigas ya que tenían los mismos gustos, incluso coincidió que estaban en la misma clase y se sentaron juntas.
En estos días Gonzalo no apareció por el instituto ya que se encontraba enfermo con gripe o eso dijo a todos sus amigos.
Mientras tanto Bela e Irene pasaban todo el día juntas, en clase juntas, en casa haciendo los deberes juntas, todo juntas. ¡ Vamos que se hicieron “mejas”!.
Bela le contó que estaba saliendo con un chico del instituto que era muy guapo desde hacía unos tres meses e Irene le contó que hacía tres meses ella se había marchado con sus padres de la ciudad y que también había estado saliendo con un chico. Empezaron a dar detalles de cada uno de sus chicos y la verdad es que tenían muchas cosas parecidas lo único que tenían diferente era el nombre ya que Gonzalo le dijo a Bela que se llamaba Erik.
Pasó una semana y Gonzalo seguía sin aparecer por el instituto Bela le llamaba para ver que tal estaba y saber cuando volvería por el instituto e Irene también le llamaba porque quería verle para hablar con él. Irene le contó que había conocido a una chica en el instituto y que se había hecho muy amiga suya incluso le dijo el nombre Bela, él en ese momento no se atrevió a decirle que Bela era su nueva novia, pensó que se lo diría en otro momento.
El sábado por la tarde Bela y su amiga Irene quedaron para ir de compras por el centro de la ciudad de repente las dos amigas se sorprendieron al ver a Gonzalo comprando en una tienda. Las dos a la vez fueron a saludarle y cuando Gonzalo las vió se quedó con la boca abierta y sin saber que decir. Bela e Irene se miraron sin entender nada.



CAPÍTULO 23: HAGO UNA LOCURA Y NADIE SE SORPRENDE.

Yo no sabía que decir. Tengo dos opciones, fastidiar a Irene o fastidiar a Bella.
-Es que...yo…, dije muerto de vergüenza.
-Verás…lo que paso fue…, y desgraciadamente tampoco pude terminar esa frase.
-Esto…, dije abatido. Me avergüenzo de mí mismo. Por un momento se me pasó la idea de convertirme en científico loco y fusionar a mis dos amores. Estaba pensando en mis fantasías cuando…
-Espera… ¿ya os conocíais?, dijo Irene a Bella.
Hice un gesto con la mano para que Bella salvara la situación.
-Ehh… ¡Qué va, no le conozco de nada, no es que sea mi novio desde hace tres meses…! Dijo Bella muy nerviosa.
-Por desgracia, mientes fatal…, dijo Irene. -Y por desgracia vas a tener que vértelas conmigo…,
Fue hacia Bella, pero, de repente, se paró un momento y se volvió hacia mí.
-¿Sabes qué?, que ella no tiene la culpa, la tienes tú.
-¿Yo?, dije. Me sorprende que solo haya sido capaz de decir un simple “Yo”, después de todo lo que he armado. Bueno, también me sorprende estar aquí ahora mismo, cuando debería haber salido de la ciudad en cuanto Irene me dijo que volvía.
Mi única reacción fue echar a correr. Corrí sin mirar atrás. Suponía que me estaba siguiendo así que salte a una alcantarilla abierta. -“¿Por qué demonios he hecho eso?”, pensé para mis adentros. Pero ya era demasiado tarde. Mala suerte la mía, que unos gamberros van y la tapan.
-“Vale… a ver…, mis mejores amigas han peleado y yo estoy metido en una alcantarilla” pensé.
 -¿Qué hago ahora?, dije entre suspiros.